Ingredientes
- 400g de garbanzos
- 300g de espinacas
- 2 zanahorias
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1 cucharada de tomate frito
- sal y pimienta
- Aceite de oliva
Preparación:
1. La noche anterior, ponemos los garbanzos en remojo. Y lo hacemos con abundante agua, que los cubra más que de sobra. Al menos con dos dedos por encima ya que los garbanzos crecerán y absorberán bastante agua. Añadimos una cucharadita de bicarbonato o un puñadito de sal y lo dejamos toda la noche
2. Al día siguiente, los escurrimos del agua. Les damos un lavado con agua fresca y los metemos en una olla. Añadimos el pimentón, la zanahoria cortada en rodajas y el ajo. Si no te gusta mucho el sabor del ajo, puedes echarlo entero. Si te encanta, pícalo y añádelo así. Se deshará y le dará su toque a todo el potaje. Añadimos un chorrete de aceite de oliva que, le va a dar su toque especial y después cubrimos con abundante agua. Los garbanzos van a absorber muchísima agua así que no te cortes. Dos o tres dedos por encima de ellos. Añade un puñadito de sal y pimienta negra recién molida
3. Dejamos cocinar a fuego medio. Si lo haces en una olla exprés, media hora estará bien. Si lo haces del modo convencional, alrededor de 1 hora y media o dos horas. Hasta que estén blandos. No obstante, no todos los garbanzos tardan exactamente el mismo tiempo en cocinarse. Algunas marcas tardan más que otras. Si los compras a granel, ocurre lo mismo. Lo mejor es probar hasta dar con el punto exacto pero variará entre 30-40 minutos si los haces en olla a presión o entre hora y media o dos horas si los haces de manera convencional
4. Una vez estén cocinados, puedes añadir más agua si ves que te habías quedado corto antes. Añadimos también la cucharada de tomate que más que sabor, le dará, junto al pimentón, un toque al caldito más rojito y añadimos también las espinacas. Mezclamos bien y dejamos cocinar dos o tres minutos más. Hasta que las espinacas hayan menguado y se hayan integrado bien al potaje de garbanzos